Investigadores del MIT han logrado un paso significativo hacia una vacuna contra el VIH de dosis única, demostrando en ratones que una combinación de dos adyuvantes establecidos aumenta drásticamente la respuesta inmune. El estudio, publicado en Science Translational Medicine, muestra que la combinación de hidróxido de aluminio (alumbre) con una nanopartícula basada en saponina (SMNP) crea una respuesta de anticuerpos sostenida y altamente diversificada contra el VIH, lo que potencialmente allana el camino para vacunas únicas contra diversas enfermedades infecciosas.
El problema de las vacunas existentes
La mayoría de las vacunas dependen de adyuvantes para amplificar la reacción del sistema inmunológico ante un antígeno, la sustancia que desencadena la respuesta inmunitaria. Si bien el hidróxido de aluminio se usa comúnmente, no siempre genera la inmunidad sólida y duradera necesaria para enfermedades como el VIH. El nuevo enfoque aborda este problema aprovechando las fortalezas de dos adyuvantes distintos, creando una sinergia más efectiva.
Cómo funciona la combinación
El equipo del MIT ancló las proteínas del VIH a partículas de aluminio junto con el adyuvante SMNP. Esta combinación permitió que la vacuna se acumulara en los ganglios linfáticos (lugares críticos para la interacción de las células inmunitarias) durante hasta cuatro semanas. Esta exposición prolongada al antígeno proporciona a las células B, las células inmunitarias productoras de anticuerpos, más tiempo para refinar su respuesta.
“Como resultado, las células B que circulan en los ganglios linfáticos están constantemente expuestas al antígeno durante ese período de tiempo y tienen la oportunidad de refinar su solución al antígeno”, explica J. Christopher Love, profesor de ingeniería química del MIT.
Los investigadores descubrieron que esta estrategia de adyuvante dual aumentaba la diversidad de células B y anticuerpos generados entre dos y tres veces en comparación con el uso de cualquiera de los adyuvantes solos. Esta diversidad es esencial para desarrollar anticuerpos ampliamente neutralizantes, que puedan reconocer múltiples cepas de VIH, un obstáculo crítico en el desarrollo de una vacuna contra el VIH.
Implicaciones más amplias
Este enfoque no se limita al VIH; El mismo principio podría aplicarse a las vacunas para otras enfermedades infecciosas, incluidas la influenza y el SARS-CoV-2. La combinación de adyuvantes bien conocidos ofrece un camino pragmático hacia vacunas de dosis única, lo que reduce los desafíos logísticos y mejora la accesibilidad global.
“Lo potencialmente poderoso de este enfoque es que se pueden lograr exposiciones a largo plazo basadas en una combinación de adyuvantes que ya se conocen razonablemente bien, por lo que no requiere una tecnología diferente”, añade Love.
La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud y otras instituciones, lo que subraya su importancia en la lucha actual contra las enfermedades infecciosas. Si bien se necesitan más investigaciones y ensayos en humanos, este estudio representa un avance prometedor en la tecnología de vacunas.

































