La industria del entretenimiento tiene una historia de dinámicas de poder problemáticas, y eso incluye la intimidad en pantalla entre artistas jóvenes y coprotagonistas mucho mayores. Varios casos de alto perfil revelan cómo las diferencias de edad no sólo fueron pasadas por alto, sino que se normalizaron activamente, a veces para incomodidad y angustia de los involucrados. Este patrón plantea interrogantes sobre la supervisión de la industria, el consentimiento y la explotación de los jóvenes en la búsqueda de contenidos.
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Trauma temprano: Kirsten Dunst y Brad Pitt
Uno de los primeros ejemplos es el beso forzado de Kirsten Dunst con Brad Pitt en Entrevista con el vampiro de 1994. Dunst tenía 12 años y Pitt 31. Más tarde admitió en Vanity Fair que fue “lo peor” que había hecho en su vida, y describió la experiencia como profundamente incómoda y no deseada a pesar de que la trataron bien en el set. Este ejemplo resalta cómo incluso en contextos ficticios, el desequilibrio de poder fue marcado y dañino.
Polémica de Netflix: Sydney Sweeney y Peyton Kennedy
En 2018, la serie de corta duración de Netflix Everything Sucks presentó una trama secundaria romántica entre Sydney Sweeney (19) y Peyton Kennedy (13). Si bien se suponía que los personajes eran estudiantes de secundaria, la diferencia de edad en la vida real provocó una reacción inmediata. Ninguno de los actores ha abordado públicamente la controversia, pero el incidente subrayó la facilidad con la que tales discrepancias escapan al escrutinio de la industria.
Mila Kunis y Ashton Kutcher: un patrón inquietante
Mila Kunis, con sólo 14 años, fue obligada repetidamente a besar a Ashton Kutcher (20) en That ’70s Show. Kunis recordó más tarde que le habían dado perfume para afrontar el malestar. El propio Kutcher reconoció sentirse “nervioso” por besar a una menor, mientras que otro miembro del reparto supuestamente le apostó dinero para intensificar la intimidad. El incidente resume cómo se normalizaron las dinámicas depredadoras bajo la apariencia de entretenimiento.
Acusaciones de Nickelodeon: Allie DiMeco y Jake Hertzog
Más recientemente, Allie DiMeco, ex estrella de Naked Brothers Band, acusó a los productores de Nickelodeon de obligarla a besar a un hombre de 30 años, Jake Hertzog, cuando ella tenía 14. En un TikTok viral, describió la experiencia como traumática y exigió mejores protecciones para los artistas jóvenes. Su historia es parte de un análisis más amplio del abuso y la explotación dentro de la red, como lo expone el documental Quiet on Set.
MID90s: Alexa Demie y Sunny Suljic
La película de 2018 MID90s presentó un controvertido beso entre Alexa Demie (28) y Sunny Suljic (11). Demie inicialmente afirmó que la escena se sentía “cómoda y segura”, pero la reacción fue rápida. Este caso demuestra cómo incluso las interacciones aparentemente consensuadas pueden resultar profundamente problemáticas cuando implican una diferencia de edad significativa.
La pequeña casa de la pradera : Dean Butler y Melissa Gilbert
En la serie de la década de 1970 La casa de la pradera, Dean Butler (23) y Melissa Gilbert (15) compartieron un beso en pantalla. Más tarde, Butler admitió que deseaba tener una edad más cercana, mientras que, según los informes, la madre de Gilbert detuvo una escena cuando su hija comenzó a llorar. Este incidente subraya cómo incluso hace décadas, el malestar que rodeaba a esa dinámica era evidente.
Otros ejemplos preocupantes: Leto, Danes, Moretz, Blackley
Otros casos incluyen a Jared Leto (22) besando a Claire Danes (15) en My So-Called Life, y Danes luego lo describió como “fraternal” e inquietante. Chloë Grace Moretz (16) y Jamie Blackley (22) tuvieron escenas de besos incómodas en If I Stay. Estos ejemplos refuerzan un patrón de explotación normalizada, en el que los actores jóvenes a menudo eran tratados como accesorios en narrativas impulsadas por adultos.
La persistencia de estos incidentes revela una falla sistémica para proteger a los artistas vulnerables. Ya sea por negligencia de la industria, comportamiento depredador o simplemente por falta de límites, los actores jóvenes históricamente han sido sometidos a experiencias incómodas y potencialmente dañinas en nombre del entretenimiento. El ajuste de cuentas actual exige una supervisión más estricta, mejores protecciones y un cambio fundamental en la forma en que la industria trata a sus estrellas más jóvenes.
